Sewell
Campamento Minero Patrimonio de la Humanidad y Tesoro Geopatrimonial de los Andes

Cuando se habla de Sewell, habrá quienes no conozcan este maravilloso lugar y otros que lo recuerden como el pueblo fantasma que alguna vez fue un asentamiento minero.
Este increíble sitio, detenido en el tiempo, se ubica en la precordillera de los Andes, a 60 kilómetros de Rancagua, en la comuna de Machalí, en la Región de O’Higgins. Se encuentra a más de 2.200 metros sobre el nivel del mar. Este artículo te invita a recorrer este museo viviente, que persiste enla memoria colectiva y en cada visita turística, revelando un sitio único.
Sewell sus origenes y la Mina El Teniente
Historia temprana de la Mina El teniente
La Mina El Teniente presenta una historia previa antes de ser renombrada como tal. Durante la época prehispánica ya se conocía la existencia del mineral. Los
pueblos indígenas lo usaban para fabricar joyas, utensilios y otros objetos.
Durante la época colonial, los españoles extraían cobre del lugar, principalmente para fabricar armamento. Estas actividades fueron intermitentes y limitadas por las condiciones existentes en el lugar.
En el año 1760, la mina era conocida como “La Fortuna”, debido a pequeñas y esporádicas extracciones de cobre. El nombre “El Teniente” surge debido a un militar español que huía de la justicia. Mientras cruzaba la cordillera, se refugió en una cueva y encontró vetas importantes. Este hallazgo marcó el inicio de la importancia histórica y económica de este yacimiento en Chile. Debido a esto y las nuevas necesidades de la época, surgió el campamento Sewell.
Sewell origen y construcción del campamento
Sewell tiene su origen en el año 1905. Fue construido por la compañía norteamericana Braden Copper, con el objetivo de albergar a los trabajadores de la mina El Teniente. Siendo la mina de cobre subterránea más grande del mundo, se convirtió en un punto importante para la minería chilena. Este fue construido en una zona de difícil acceso, debido a su ubicación geográfica y alta pendiente.
Sewell buscó adaptarse a un terreno desafiante a través de la creatividad e ingeniería, buscando la funcionalidad. Pero es recién el 29 de abril de 1905, fecha en la que el Ministerio de Hacienda aprobó las instalaciones linderas para llevar a cabo actividades mineras.
Sewell Entre la Identidad y el Crecimiento en las Alturas
Originalmente, Sewell era conocido como “El Establecimiento” y fue en ese periodo cuando llegaron las primeras familias. Más adelante, pasó a llamarse “El Molino”. Finalmente, en 1905, adoptó el nombre con el que se le conoce actualmente: Sewell. Para ese entonces, la población ya alcanzaba los 9.000 habitantes. Con el tiempo, el campamento logró albergar hasta 15.000 personas, entre chilenos y norteamericanos, alcanzando su población máxima en el año
1960.
Arquitectura y Urbanismo en las Alturas

La extracción de mineral en la mina el teniente presento enormes desafíos logísticos desde un principio. La necesidad de operar en un entorno hostil obligó a la realización de una compleja estructura ingenieril que hiciera posible la explotación a gran escala del yacimiento minero. Además de su posterior traslado del mineral al puerto de San Antonio.
Este proyecto inicia con la construcción de un camino de carretas desde la mina hasta Graneros, un ferrocarril, una central hidroeléctrica y diversos campamentos mineros distribuidos cerca de los accesos a la mina. Entre todos los asentamientos, Sewell se consideró como el principal núcleo urbano e industrial.
Exhibición fotográfica edificación en Sewell
¿Como era Sewell?
Conocido popularmente como “la ciudad de las escaleras”, Sewell es un ejemplo claro y único de la arquitectura e ingeniería adaptada a condiciones extremas.
Construida sobre una empinada ladera, donde no existen ni calles ni automóviles. Toda la ciudad se conecta por medio de escaleras y senderos peatonales. La más emblemática de todas es la escalera central, que atraviesa Sewell de arriba abajo. A lo largo de sus tramos se encontraban zonas de descanso y accesos a los edificios principales.

Los más de 100 edificios que conformaban el pueblo fueron construidos principalmente de madera, utilizando el sistema de Ballon Frame, típico de la arquitectura norteamericana de principios del siglo XX. Este método permitía levantar estructuras resistentes y livianas, capaces de soportar cubiertas y planchas metálicas.
Los edificios multicolor (rojo,verde,azul y amarillo) alegraban el paisaje como si fueran flores en la ladera. El diseño de Sewell permitía responder bien a los desafíos climáticos. A pesar de su aislamiento, la ciudad contaba con una impresionante infraestructuras y variedad de actividades. Dentro de estas encontramos el hospital considerado en su momento como uno de los más moderno de Sudamérica. Además, se contaba con la presencia de clubes sociales, gimnasio, compañía de bomberos, cancha de bowling, una iglesia católica, tres escuelas industriales, piscina atemperada, teatro y una sala de cines.
Escalera central
Vida cotidiana en Sewell
La vida cotidiana en Sewell fue una combinación de costumbres norteamericanas y chilenas. Esta estaba dada por una estructura jerárquica, determinada por el
cargo que cada persona ocupaba en la mina. Los ciudadanos se dividían en 3 roles, rol A consistía en todos los norteamericanos, rol B todos los empleados como profesores, enfermeras,entre otros. Finalmente, rol C que correspondían a los mineros. Dependiendo de tu rol es donde vivías. Los técnicos estadounidenses y sus familias se ubicaban en la parte más alta del pueblo conocido como el “Barrio americano”. Pertenecer a la “elite” del pueblo te permitía ingresar al Teniente club social de uso exclusivo de americanos. El club social te permitía disfrutar de salón de té, de juegos, piscinas atemperadas, entre otros beneficios.

Las personas que contaban con un rol B, sus viviendas se encontraban en la parte media y las familias obreras en las zonas más bajas del pueblo. Los solteros que llegaban desde Rancagua ya contratados, eran asignados a un área compartida, ya que en Sewell no se permitía que las personas llegaran propia a buscar trabajo. Lo interesante es que esta estructura evidenciaba una fuerte segregación social: por un lado, norteamericanos y chilenos; y por otro, casados y solteros. La compañía fomentaba una vida familiar, Incluso cuando encontraban una pareja que no estaba casada, los obligaban a casarse. A pesar de esto tanta la educación, salud y vivienda eran gratuitas.
La población de Sewell vivía bajo las normas del departamento de bienestar social, encargado de mantener el orden público e imponía reglamentos, como la ley seca. Sin embargo, esto no impedía la existencia de los llamados “guachucheros”, los cuales eran contrabandistas de alcohol. Cuando se producían casos de violencia intrafamiliar, las autoridades expulsaban al hombre de la ciudad, mientras que a la mujer le ofrecían un trabajo para que pudiera permanecer allí con sus hijos. La armonía que se vivía en este sitio solo se veía alterada por los conflictos y/o trágicos accidentes laborales, como fue el caso de la “muerte negra”.
Exhibición fotográfica mi vida en Sewell
La Tragedia del Humo
El 19 de junio de 1945 ocurrió un desastre que marcaría un antes y un después en la historia de la mina El Teniente. Conocido como “La Tragedia del Humo”, este trágico evento cobró la vida de 355 trabajadores, quienes representaban aproximadamente el 30% de los obreros que se encontraban en ese turno.
La magnitud de la tragedia evidenció las graves falencias en las medidas de seguridad y protocolos de evacuación existentes en la época. Dejando una profunda huella en la memoria colectiva y en la legislación laboral posterior. A las 7:30 de la mañana, un incendio en la fragua de un taller mecánico subterráneo propagó una nube letal de monóxido de carbono a través de los túneles, atrapando a cientos de mineros.
Las órdenes de evacuación llegaron tarde y muchas vías de escape estaban inhabilitadas o mal señalizadas. La falta de equipos de protección personal, infraestructura adecuada y protocolos de emergencia agravaron el desastre. El fuego fue controlado recién diez horas después. Mas de 150 mujeres quedaron viudas y 420 niños perdieron a sus padres dejando una huella que no quedara en el olvido. Se realizaron funerales masivos en Rancagua, a los que asistieron más de 25.000 personas. Producto de este desastre, se impulsaron reformas clave en la legislación laboral chilena, incluyendo mejoras en la ley de accidentes del trabajo, así como la creación de departamentos de seguridad y salud ocupacional dentro de la empresa Braden Copper Company.
Sewell “De Ciudad Minera al Rescate de su Memoria, Declive y Abandono”
Sewell alcanzó su apogeo durante varias décadas, hasta que finalmente quedó marcado por el abandono. Pero primero debemos saber cómo llegó a esto, debido al proceso de Nacionalización del Cobre. Este comenzó a partir de 1966 con la “Chilenización del Cobre”, donde se asoció al Estado con las empresas extranjeras. Puesto en marcha por el expresidente Eduardo Frei Montalva, el Estado adquirió la mayor parte de la Compañía del Cobre Braden e inició la llamada “Operación Valle”. El objetivo era trasladar a los residentes de Sewell hacia la ciudad de Rancagua. De esta forma, la ciudad comenzó a perder población. El fin del funcionamiento del ferrocarril en 1976 terminó por intensificar el abandono.
Hacia 1980 se inició el proceso de demolición del campamento, el cual se extendió hasta 1998 y resultó en la destrucción de aproximadamente el 60% de la ciudad. Muchas de sus edificaciones fueron demolidas o abandonadas. Luego de esto, Sewell se convirtió prácticamente en una ciudad fantasma. En 2006 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, todo esto debido a su valor histórico y patrimonial. Esto permitió su conservación, que es lo que podemos encontrar hoy en día.
Sewell De Campamento Minero a Tesoro Patrimonial
En 1998, Sewell fue declarado Monumento Nacional en la categoría de Zona Típica y Pintoresca por el Consejo de Monumentos Nacionales de Chile. Reconociendo su valor histórico, arquitectónico y social como ciudad minera. Gracias a su importancia patrimonial, CODELCO, junto al Consejo de Monumentos Nacionales y las comunidades locales, promovió acciones destinadas a preservar y proteger el legado de Sewell, garantizando su cuidado y mantenimiento.
En el año 2006, Sewell fue declarado sitio del Patrimonio Mundial por la UNESCO. Esto se debió a la forma en que se desarrolló el campamento, ubicado en un
territorio hostil. Su diseño y organización influyeron significativamente en el desarrollo de la minería a gran escala. Además, Sewell es un claro ejemplo del
fenómeno global conocido como “company towns”, donde la empresa minera gestionaba la vida social y económica del lugar.
Entre los años 1999 y 2004, se llevó a cabo la restauración exterior de aproximadamente 18 edificios en Sewell esta iniciativa formó parte de los esfuerzos por conservar su patrimonio arquitectónico e histórico. Además, se impulsó una activa promoción patrimonial mediante la difusión de su valor cultural y la realización de actividades como charlas, seminarios y congresos. También se fomentó la apertura del sitio al público general y a la comunidad del ex campamento. Estableciendo contratos con operadores turísticos para facilitar el acceso y fortalecer su proyección como destino turístico cultural de forma segura.
¿Quieres conocer Sewell?
Si al leer este artículo te animaste a conocer este increíble sitio patrimonial, te contamos cómo puedes hacerlo. Para visitar Sewell, es necesario tomar un tourorganizado, ya que por razones de seguridad no está permitido el acceso de manera individual.
La mayoría de los tours salen de Santiago hacia Rancagua, aunque una opción más económica es trasladarse por cuenta propia hasta Rancagua y unirse al tour
desde allí. Los precios varían según la empresa y los servicios incluidos, pero en general oscilan entre los $44.000 y los $62.000 pesos chilenos. Algunos paquetes incluyen almuerzo, guía turístico, seguro de accidentes personales, entre otros, así que vale la pena revisar bien qué ofrece cada uno.
Según la información entregada por Codelco, pueden realizar la visita personas entre los 7 y los 75 años de edad. Sin embargo, es importante tener en cuenta que Sewell se encuentra a gran altitud, por lo que se recomienda que los visitantes estén en buen estado de salud. Para disfrutar mejor de esta experiencia, se
recomienda llevar ropa y calzado cómodos, jockey o gorro para el sol, anteojos de sol, bloqueador solar y agua.