Antropología cultural, alteridades y revelaciones
La antropología cultural viene a buscar la génesis, el sentido y el destino de las ascendientes del ser humano en su medio ambiente. El método etnográfico de la antropología cultural, es su principal herramienta de investigación.
Se diferencia de los métodos tradicionales de investigación por lograr una recolección de información más directa y cercana de los fenómenos culturales que las ciencias de escritorio. Además posee una fuerte orientación hacia las formas simbólicas de representación, ya que estas esconden una riqueza e importancia creciente para el diagnóstico de las necesidades y problemas de las sociedades tanto tradicionales como contemporáneas.
Con todo, la antropología cultural históricamente se ha visto influenciada por corrientes de pensamiento filosófico que son parte de sus cimientos holísticos. Se distingue por su sello multidisciplinar e integrador, lo que no la deja exenta de permanentes debates, cuestionamientos éticos y objeto de crítica como ciencia formadora de conocimiento. Desde sus pilares filosóficos podemos apreciar que las corrientes que le han dado vida. También estos mismos pilares se contraponen. Ejemplo de esto es la dualidad evolucionismo/primitivismo, el naturalismo/positivismo, la indiología estadounidense o el idealismo alemán como corrientes filosóficas que orienta distintas corrientes de pensamiento en la ciencia antropológica.
Antropología cultural, alteridad y el hombre
El hombre manifiesta desde su propia corporalidad esta alternancia, esta división, esta dualidad. Ya lo vemos en el texto “La preeminencia de la mano derecha: Estudio sobre la polaridad religiosa”. En este libro, Robert Hertz nos propone la hipótesis de una condicionante histórica y cultural en la utilización de la mano derecha como la única sagaz y habilitada para el ejercicio lineal, cotidiano, lógico y repetitivo de las funciones diarias. Tales como comer, escribir o realizar algún deporte. Plantea que esta condicionante viene a configurar también el hecho de que el hemisferio izquierdo del cerebro, invoque el tipo de pensamiento lógico-matemático, eficientista, derecho y racional. Formas cognitivas predominantes en la cultura occidental. En desmedro del pensamiento emocional, integrador, multidimensional y sensible del hemisferio derecho del cerebro.
A modo de ejemplo, se relaciona la polaridad religiosa a los pueblos primitivos. Ya que ellos añaden a los objetos (cultura material) y a los rituales (cultura inmaterial) propiedades portadoras de fuerzas espirituales, de personalidad y de carácter.
Lo Sagrado y Lo Profano
Una especie de poder oculto que transita desde el dueño al objeto. Desde el portador religioso-místico a los creyentes. “Una oposición fundamental domina el mundo espiritual de los primitivos la de lo sagrado y lo profano. Algunos seres u objetos en virtud de su naturaleza o de los ritos realizados, están como impregnados de una esencia particular que los consagra y aparta, comunicándoles poderes extraordinarios y sometiéndolos, por otra parte, a un conjunto de reglas y estrechas restricciones”. Al parecer el movimiento de estos símbolos y objetos mantienen un equilibrio en las sociedades que los practican. Son una extensión del quehacer humano. De la particularidad cultural y de una intangible circularidad en la reciprocidad de estos elementos.
Lo sagrado y lo profano vienen a distinguirse para protegerse. Se tensan y se desordenan, conviven para mostrarle al hombre su capacidad de mostrar devoción, respeto, admiración. Ya que siente la posibilidad de ser engullido por su propio miedo. El recelo y la negación de las fuerzas profanas o sagradas.
Antropología Cultural y Alteridades
La conexión del principio de la alteridad viene a regir al universo, las personas y las cosas.
La naturaleza como el medio ambiente donde el hombre desarrolla su vivir nos revela estas oposiciones o “dualismo fundamentales”. “Luz y tinieblas, día y noche, oriente y medio día, por una parte. Poniente y norte, por otra, se traducen en imágenes y localizan en el espacio las dos clases contrarias de poderes sobrenaturales: por un lado, la vida resplandece y sube; por otra desciende y se apaga. El mismo contraste se produce entre lo alto y lo bajo, entre el cielo y la tierra: allá arriba, la morada sagrada de los dioses y los astros que no conocen la muerte; aquí bajo, la región profana de los mortales que se traga la tierra, y descendiendo más aun, las regiones tenebrosas donde se esconde las serpientes y la muchedumbre de los demonios”.
Con esto la perspectiva territorial y la relación en particular del hombre con la tierra o su lugar, configura la génesis de su pertenencia y del reconocimiento de su patrimonio cultural, que puede ir desde la formación de su cuerpo, las extensiones del mismo representado en los objetos que necesita para sus labores y expresiones. La permanente simbiosis de su entorno con su religión y festividades. Y como propondremos más adelante a la revelación de su destino y de sus anhelos societarios.
Condicionamiento Humano
Especial valor toma el lenguaje cuando el autor analiza el significado de las palabras izquierda y derecha.
Consideremos la carga política de las denominaciones en las referencias a las extremidades del cuerpo humano, en los vínculos morales y estéticos, en la institucionalidad jurídica. La dualidad derecha/izquierda viene a permear el recorrido histórico/social y a imponer condicionantes que un principio son justificadas como “naturales”, cuando en realidad su origen y contenido es netamente cultural.
Las diferencias que aborda la alteridad implican un particular sentimiento de asombro. Tratando de reconocer al otro ser extraño, como de la propia especie. Este es el lugar de la pregunta antropológica. Igualdad en la diferencia y diferencia en la igualdad. Por lo que los aspectos del individuo y del conjunto social derivados de esta pregunta. Incluyen aspectos de lo propio y de la otredad percibida.
Antropología cultural y Particularismo
La comparación de las particularidades culturales descubiertas provee la verdadera experiencia de extrañeza. A partir de estos modos también se puede reconocer la alternancia en paisajes, objetos, formas, colores, olores y ruidos, en definitiva en elementos de la cultura material e inmaterial. “Por ende, la alteridad “capta” el fenómeno de lo humano de una forma especial. Surgida del contacto entre culturas, continuamente remetida a él y referida a partir de él, representa una aproximación totalmente distinta de todos los demás intentos de captar y conceptualizar, de explicar y comprender el fenómeno del ser humano”.
El habitar humano en el territorio provoca una serie de influencias desde este ambiente al hombre. Tal como el humano interviene en este medio, llevándolo al predominio de su imaginario para liberarse, revelarse o rebelarse. Lograr el lugar soñado desde un anhelo profundo, propio, desde el nosotros y desde la otredad.
La ciudad que nunca duerme, permite un mayor acceso económico, cultural, de información y modernidad. Es una construcción para poder estar siempre atento, conectado a un centro. Hay una promesa de ciudad, de éxito.
Culturas contemporáneas y Antropología cultural
El deseo de volver a las raíces. El retorno de la ciudad al campo, también es una cosmovisión muy arraigada en nuestra cultura.
La tranquilidad del lazo con la tierra está constantemente invocando a volver a lo campestre, a lo original, a lo primero. Hay una promesa de paz, de reposo. Son estas influencias las que claman un lugar. Este viaje que tenemos todos por recorrer independiente del destino. Es la ciencia ficción que inspira a pensar que todo puede ser diferente. La utopía de poder tener más tiempo para uno y para los demás. El sueño de una sociedad de bienestar con capacidad de resolver conflictos. El desarrollo histórico de la iconografía latinoamericana y su simbolismo utópico nos puede iluminar desde una estética de lo visual.
Actualmente las estructuras políticas y el sistema económico han condicionado fuertemente la cultura. El esfuerzo individual, el consumo, el acceso al crédito, la desregulación estatal, la democracia representativa, la escasez de instancias colectivas, la falta de tiempo, tensan a las personas. El escaso tejido social provocando fragmentaciones en fenómenos principalmente de exclusión/inclusión, nutren a los conflictos e impiden la realización de sociedades más humanas. La lógica del neoliberalismo salvaje no dialoga con la concepción de una sociedad ecológica, humanista y pluricultural.
En este contexto sistémico y estructural e integrando las definiciones de alteridad descritas anteriormente, es que las sociedades modernas pueden investigarse en relación con las tradicionales, arcaicas u originarias. Los sistemas de intercambio transportan los objetos de la cultura material e inmaterial a través de convenciones que no necesariamente se encuentran normadas, pero que contienen ajustes muy precisos. contienen una gran carga ancestral que de alguna forma se traslada a través de la historia a los tiempos contemporáneos.