Tipos de Rocas

¿Cuáles existen y cómo las puedo identificar?

El estudio de las rocas nos permite conocer la edad de la tierra y reconocer distintos eventos ocurridos en el pasado. Gracias a las características de las rocas es posible comprender nuestro planeta. Esta comprensión tiene muchas aplicaciones, como la búsqueda de recursos minerales y energéticos, la solución de problemas ambientales y también, es posible advertir riesgos y peligros naturales para la población.

¿Qué son las rocas?

Las rocas son sólidos de origen natural, con agregados de uno o más minerales y mineraloides que forman la corteza terrestre, y que son producto de diversos eventos geológicos.

tipos de rocas
Tipos de rocas

La naturaleza y el aspecto de una roca están influidos por los minerales que la componen, al igual que la textura (tamaño y la disposición de los minerales que la componen). Los minerales son sólidos, inorgánicos, de origen natural con estructura interna ordenada y composición química definida pero variable. Algunos de estos minerales son extraídos desde las rocas como materia prima. Sus productos los encontramos en la tecnología, construcción, autos, dentífricos, generación y transmisión de energía. En tu computador, por ejemplo, encuentras 31 metales extraídos de las rocas. Así que son más familiares de lo que pensabas.

¿ Cuántos tipos de rocas existen ?

Es posible identificar 3 tipos de rocas según su origen: Rocas Ígneas, Rocas Sedimentarias y Rocas Metamórficas; la formación de cada tipo de roca depende de los procesos que actúan sobre el planeta y dentro de él, entre algunos factores que revisaremos más adelante.

 

Ciclo de los Tipos de Rocas

Ciclo de las rocas. Imagen extraída de MasterGIS.

Las rocas se encuentran en constante cambio, ya que, los procesos naturales son continuos. Eventos como una erupción volcánica, el movimiento del agua o el viento, o el choque entre placas, entre otros, van modificando a estas rocas, y pueden pasar de un tipo de roca a otro. A esto se le llama “Ciclo de las Rocas”. Estos procesos son visibles luego de largos períodos de tiempo, considerando que el tiempo geológico es distinto al tiempo de escala humana.

Este esquema nos muestra los distintos procesos que dan origen a la formación de distintos tipos de rocas. Por ejemplo, una roca originada producto del volcanismo, se clasificaría como ígnea. Esos fragmentos al ser proyectados al exterior, pueden depositarse en medios subacuáticos, que, junto a otros depósitos, irán formando capas horizontales que con el tiempo se compactarán, tomando características de una roca sedimentaria. Si a esta misma roca, por algún evento, se le aplicase alta temperatura y presión, entraría en un estado de metamorfismo.
A continuación, revisaremos los 3 tipos de rocas que se encuentran en el planeta y su génesis:

Rocas Ígneas o Magmáticas

La palabra Ígnea, viene del latín “ignis” que significa “fuego”, y el sufijo “eo”, “relación”.
Las rocas ígneas o magmáticas son formadas producto de la solidificación del magma o lava. El magma es roca fundida, compuesta por líquidos, sólidos y gases, que se puede formar tanto en profundidades de la corteza terrestre, como también en el manto superior de la Tierra. Es este compuesto el que va formando rocas y minerales, al ir disminuyendo gradualmente su temperatura. El magma puede enfriarse al interior de la corteza como también en la superficie terrestre producto de erupciones volcánicas (cuando el magma se encuentra en la superficie se denomina lava).
Las rocas ígneas se pueden clasificar según su composición como rocas félsicas (alto contenido en sílice), intermedias y máficas (bajo contenido en sílice). La sílice (SiO2) es un importante indicador de la composición química de las rocas ígneas, ya que, un magma con alto contenido de sílice (magma granítico) es viscoso, mientras que los magmas con poco contenido de SiO2 (magma basáltico) será mucho más fluido.
Según su origen, las rocas ígneas se dividen en: Rocas Ígneas Intrusivas (Plutónicas) y Rocas Ígneas Extrusivas (Volcánicas):

Tipos de rocas

Rocas Ígneas Intrusivas o Plutónicas

Imagen. Rocas ígneas intrusivas. Fuente: MasterGis.

Las Rocas Ígneas Intrusivas o Plutónicas, se forman por el enfriamiento del magma, en las profundidades de la corteza terrestre. Estas rocas se caracterizan por su gran porcentaje de mineralización, donde los minerales que se formen, dependerán de la composición química del magma y del tiempo en que demore el material fundido en enfriarse y solidificarse.
Este enfriamiento gradual, que puede durar miles de años. Puede ser lento y originar la formación de minerales de gran tamaño; o de enfriamiento rápido y formar muchos cristales pequeños. Un ejemplo de este tipo de roca es el granito, que comúnmente vemos en los mesones de cocina. Esta roca plutónica y otras rocas relacionadas son constituyentes principales de la corteza continental. Otros ejemplos de rocas ígneas intrusivas son: Tonalita, Granodiorita, Peridotita, Gabro, Diorita y Monzonita.

Este tipo de rocas, es posible verlas en la superficie gracias a eventos geológicos como la elevación, producto del choque entre placas y la posterior erosión, que permite a estas rocas quedar al descubierto. Ejemplos de esto son la Cordillera de los Andes y el Plutón de San Gabriel, en la localidad del Cajón del Maipo.

 

Rocas Ígneas Extrusivas o Volcánicas

Las Rocas Ígneas Extrusivas o Volcánicas, en cambio, se forman en la superficie terrestre debido al enfriamiento de lava en contacto con la temperatura ambiental. Esta lava se enfría rápidamente desarrollando pequeños cristales que forman rocas de grano fino y rocas piroclásticas.

Imagen. Rocas ígneas volcánicas.

Las rocas piroclásticas están compuestas por fragmentos expulsados durante una erupción volcánica. Un ejemplo de este tipo de roca es la Toba, la cual, se compone de fragmentos del tamaño de cenizas que se cementaron después de su caída.
En el caso de las rocas cuyos cristales no sean visibles a simple vista, se tendrá presencia de vidrio, por ejemplo, la Obsidiana, es una roca ígnea extrusiva que se forma por un enfriamiento extremadamente rápido de la lava viscosa, por lo que tiene una nula formación de cristales y, por lo tanto, tendrá alto porcentaje de vidrio.
Cuando un volcán hace erupción, y posee un magma con gran cantidad de gases, lanza material eyectado a gran velocidad, el cual se enfría rápidamente. Esto provoca que, al solidificarse, burbujas de aire queden atrapadas en su interior. Cuando estas burbujas escapan, se forman rocas que poseen gran porosidad, visibles en las vesículas de desgasificación, como es el caso de la piedra Pómez y la Escoria.
La roca volcánica más común es el Basalto. Formado a partir de la solidificación de la lava fundida, asociado a los flujos de lavas basálticas. Esta roca es conocida por su resistencia al desgaste y la erosión, lo que la hace ideal para materiales de construcción como agregados para carreteras, hormigón y piedras de construcción.

Rocas sedimentarias

Tipos de Rocas

Este tipo de rocas se forma por la acumulación de material rocoso dispuesto en capas o estratos en la superficie de la Tierra. El proceso por el cual los sedimentos se transforman en rocas sedimentarias se denomina diagénesis. La diagénesis incluye la litificación cuyos procesos básicos son la compactación y cementación.
Los sedimentos que forman las rocas sedimentarias, provienen de la erosión de otras rocas, es decir, de la meteorización y transporte de rocas preexistentes, que pueden ser ígneas, metamórficas y también sedimentarias. Las que se van acumulando, compactando y litificando.

Tipos de Rocas Sedimentarias

Rocas Sedimentarias

Según el origen de los sedimentos, se consideran 3 tipos de rocas sedimentarias: detríticas químicas y bioquímicas.

Rocas sedimentarias detríticas o clásticas: Las rocas clásticas se forman cuando el material rocoso existente se erosiona, fragmenta y deposita en capas que se compactan, cementan y litifican para formar rocas sedimentarias. Ejemplos de este tipo de rocas son la Lutita, Arenisca, Conglomerados y Brechas.
Rocas sedimentarias químicas: Se forman por la precipitación de componentes que han sido transportados en soluciones acuosas mediante procesos inorgánicos como la evaporación y actividad química. Ejemplos de este tipo de roca son la Dolomía y Caliza (aunque en algunos casos puede ser bioquímica).
Rocas sedimentarias bioquímicas: Estas rocas son formadas por la acumulación y litificación del material sólido que han generado algunos tipos de organismos vivos. La coquina es un ejemplo de este tipo de roca, compuesta por fragmentos de conchas.

Rocas sedimentarias y Combustibles Fósiles

Combustibles fósiles como el carbón natural pertenece a la clasificación del tipo de roca sedimentaria orgánica. Por otra parte, el petróleo, considerado también un combustible fósil, se hospeda en rocas sedimentarias llamadas roca huésped.
El carbón natural, se origina por descomposición de materia vegetal en ambientes mal oxigenados como los pantanos y humedales. Posteriormente ocurre la diagénesis y posterior catagénesis (depositación de nuevos sedimentos), dando paso a la metagénesis lo que provoca una alta presión y temperatura acompañada de fuerte compactación de la materia orgánica a altas profundidades. El carbón que se usa actualmente tiene su origen hace unos 290 y 360 millones de años.

Imagen. Formación del carbón. La Turba es el primer carbón formado y la Antracita el resultado final.
Imagen. Formación del carbón. La Turba es el primer carbón formado y la Antracita el resultado final.

El petróleo se forma debido a procesos sedimentarios, por la acumulación de algas, plancton y restos animales, que quedan entrampados en una roca huésped (generalmente una roca con alta porosidad como la arenisca, roca sedimentaria) en un ambiente marino y anaeróbico. Estos restos se mezclan con distintos sedimentos y sobre ellos, se sigue acumulando material, que va compactando las capas orgánicas inferiores.

Si bien, las rocas sedimentarias se encuentran en menor proporción volumétrica en la Tierra respecto a los otros tipos de rocas, al encontrarse en la superficie son asequibles de estudio. Y es a partir de ellas, que se ha podido transcribir parte de la historia del planeta. Además, es en estas rocas donde encontramos las icnitas y fósiles, que nos indican cómo fue el planeta Tierra hace millones de años, y qué seres vivos habitaron en ella.

Rocas Metamórficas

Rocas Metamórficas

Las rocas metamórficas, son aquellas que cambian su forma original producto de factores químicos, de temperatura o de presión. Se le llama “protolito” o roca madre, a la rocas ígneas, sedimentarias e incluso metamórficas a partir de la cual se formaron.
El metamorfismo suele progresar de manera gradual hasta que las rocas alcancen un estado de equilibrio con el nuevo ambiente. Un ejemplo de metamorfismo de bajo grado es cuando la roca sedimentaria Lutita cambia a una roca más compacta denominada Pizarra. Al llegar a un grado de metamorfismo alto, la roca madre está tan alterada, que no es posible reconocerla.
Mientras dura el proceso de metamorfismo, la roca se encuentra en estado sólido, ya que en el caso de que se funda en un 100%, entraría al ciclo de las rocas. En algunos casos las rocas metamórficas se reconocen, porque los minerales de la roca madre, se reordenan y recristalizan.

Existen 3 tipos de metamorfismo representativos: metamorfismo de contacto, metamorfismo hidrotermal y metamorfismo regional.

El metamorfismo de contacto ocurre cuando un fluido magmático se infiltra entre dos paredes de rocas, como en el caso de una fractura o falla en la masa rocosa. Con esto aumenta la temperatura en las zonas de contacto del magma y de la roca intruida. Este fenómeno ocurre bajo la superficie de la tierra. De esta forma se origina el Mármol.

En el metamorfismo hidrotermal, es el agua el principal factor que provoca alteración química en la roca madre. Los iones presentes en el agua a altas temperaturas, tienen contacto con la roca a través de fracturas por la cuales circulan. Se origina en condiciones de baja presión y temperatura. Ejemplo de esto es la Serpentinita.

El metamorfismo regional, involucra extensas áreas asociadas a cadenas montañosas, acompañado de deformación y plegamiento, producto de altas temperaturas y presiones. Así se origina el Esquisto y Gneiss.

Este último tipo de metamorfismo es clásico en zonas de convergencia entre placas, como ocurre en Chile. Es posible observar este tipo de metamorfismo en zonas del Cajón del Maipo.